Área Natural Protegida Hacienda Buena Vista 
Ponce, Puerto Rico

El Área Natural Protegida Hacienda Buena Vista se ubica entre los municipios de Ponce y Adjuntas, en la Región Sur de Puerto Rico. Los terrenos donde ubica el recinto histórico de la hacienda, se encuentran entre dos hileras de montañas que descienden de norte a sur desde la Cordillera Central. Las aguas que corren por ambas laderas alimentan el Río Canas, conformando la cuenca hidrográfica de este recurso clave del paisaje del área, y fundamental en hacer de la Hacienda Buena Vista uno de los principales centros de producción agraria de la región.

La hacienda fue fundada por Salvador Vives y su familia en el 1833, quienes adquirieron los terrenos alrededor de una cascada que forma el Río Canas en los predios, y cuya belleza natural le mereció su nombre: Buena Vista. La propia topografía del lugar, unida a su principal recurso hidrológico, facilitaron

una relación directa entre las actividades humanas y el balance ecológico del bosque. Las pendientes limitaron el origen de la hacienda a una estancia de frutos menores, que luego se transformaría para el cultivo comercial del café, mientras que el río se volvería instrumental para el procesamiento de los cultivos que se daban en las tierras que alimentan aún hoy su cauce. El ciclo hidrológico sería utilizado dos veces antes de seguir su curso: su agua enriquecía los suelos de los cultivos a la vez que impulsaba la maquinaria que los procesaba.

Con el tiempo se desarrolló un sistema agroforestal variado, basado en el policultivo y que incluía árboles de cacao, achiote, naranjas y plátanos, en adición al café, cuyo cultivo bajo la sombra de estos y otros árboles ayudó a mantener un balance ecológico en el bosque que a su vez ha sostenido una rica vida silvestre en el área hasta nuestros días. En el 1847, Carlos Vives, hijo del fundador de la hacienda, inició la construcción de un avanzado sistema de canales que le permitirían utilizar la fuerza del agua para impulsar un sistema hidráulico de maquinaria en la

hacienda.

Para expandir el mismo, se adquiere en el 1953 una avanzada turbina a reacción fabricada en la West Point Foundry de Nueva York, y patentada en los Estados Unidos por Whielaw y Stirrat. La turbina instalada en Buena Vista es la única existente en su clase actualmente, y fue la responsable de convertir la hacienda en una de las más exitosas procesadoras de harinas de maíz y café de la región. Tras un exhaustivo proceso de restauración liderado por el Fideicomiso de Conservación, los visitantes pueden hoy en día observar la maquinaria en operación tal y como lo hacía en el 1847.

El área se encuentra mayormente en un bosque húmedo subtropical cuya biodiversidad se ha mantenido en gran parte debido al propio balance ecológico entre el recurso hidrológico del Río Canas y el sistema de policultivo utilizado. En conjunto con el área de manejo Finca Marueño, ubicada al noroeste de los terrenos de la hacienda, se han identificado alrededor de 454 especies de flora y unas 613 especies de fauna en la totalidad de esta área natural.

Los cultivos de café y frutos menores se daban bajo la sombra de árboles nativos de maderas preciosas, lo que contribuyó a una riqueza ecológica que incluye una vegetación nativa y diversa. Esta cobertura vegetal provee refugio para aves propias de la región, como el múcaro de Puerto Rico, el pájaro bobo menor, el san pedrito, la perdiz grande, el pájaro carpintero de Puerto Rico, el bien-te-veo y el zumbador, entre un número significativo de aves endémicas. Los suelos de los bosques del área también son hábitat de coquíes, lagartijos, mirápodos, arácnidos y culebras, a los que se suma una variedad de peces, crustáceos y anfibios encontrados en los cuerpos de agua de la zona, y que incluyen el dajao, la anguila, la guavina, el guábara o chágara y el salpiche.

Debido a esta inmensa riqueza ecológica, se creó una parcela de monitoreo de biodiversidad siguiendo las guías del Programa de Monitoreo y Evaluación de Biodiversidad del Smithsonian Institution. Esta parcela es parte de las oportunidades de estudios que ofrece el Programa de Investigación del Fideicomiso en la Hacienda Buena Vista, y cuenta con la

participación de profesores y estudiantes de las principales instituciones del país, quienes monitorean a largo plazo la recuperación de la flora y la fauna del área luego de 25 años de haberse abandonado las prácticas agrícolas comerciales.

El Fideicomiso de Conservación adquiere la Hacienda Buena Vista en 1984, comenzando un minucioso proceso de investigación y restauración de la maquinaria y las estructuras originales. Terminado el proceso, Buena Vista se convirtió en la primera propiedad de la institución en contar con un centro de visitantes, abriendo sus puertas al público en el 1987. En la actualidad, la dos área de manejo del Área Natural Protegida Hacienda Buena Vista abarcan unas 473.61 cuerdas de terreno. Su centro de visitantes recibe cerca de 40,000 personas al año, haciendo del lugar una de las principales atracciones turísticas de la zona.

La Hacienda Buena Vista fue incluida en el Registro Nacional de Lugares Históricos, y su maquinaria figura en los Archivos Históricos de Ingeniería

Americana, ambos del Servicio Nacional de Parques del Departamento de lo Interior de los Estados Unidos. El proyecto de restauración de la hacienda le hizo merecedora del National Trust for Historic Preservation Award del 1988, mientras que su turbina hidráulica fue designada como un monumento histórico por la Asociación Americana de Ingenieros Mecánicos en el 1994.

Los terrenos del Área natural Protegida Hacienda Buena Vista, así como los terrenos aledaños, fueron clasificados como suelos rústicos especialmente protegidos tras una Orden Ejecutiva de la Gobernadora de Puerto Rico en el año 2003. Esta es la clasificación de usos de suelos más restrictiva en Puerto Rico.

Encuentros con la Naturaleza y Participación Ciudadana

El Fideicomiso de Conservación regularmente coordina varios recorridos interpretativos del Área Natural Protegida Hacienda Buena Vista a través de

Encuentros con la Naturaleza. Estos se alternan semanalmente e incluyen recorridos de la Naturaleza e Historia de la Reserva, recorridos por la Vereda del Bosque, y otros recorridos de Pajareando con Sentido, entre otros. También se celebran varios eventos especiales en Buena Vista, incluyendo el Festival del Café, el Festival del Cacao, la Orquesta de la Naturaleza, Zea Mays, entre otros eventos temáticos y casas abiertas.

El Fideicomiso de Conservación también ofrece Talleres de Inmersión en la Naturaleza  en la Reserva. Los talleres son una experiencia de campamento de una semana de duración dirigida a niños entre las edades de 9 y 12 años, y a adolescentes entre las edades de 13 y 17 años de edad. Estos incluyen actividades educativas y experiencias de campo dirigidas a proveer conocimiento sobre el valor de los ecosistemas naturales de Puerto Rico y la importancia de su conservación.

Para recorridos interpretativos y oportunidades de participación activa, oprima aquí.